Jonathan Rabadán Repostero

Desde niño, a Jonathan siempre le gustó pintar. Allá en Valverde de Júcar (Cuenca), su pueblo natal, ya de joven dibujaba cómics y lo siguió haciendo cuando, a los 16 años. vino a Valencia para aprender el oficio de su otra pasión: la cocina.

Jonathan necesitaba canalizar la creatividad y la imaginación que albergaba y encontró en la repostería su mejor aliado. Tras varios cursos especializados y duros aprendizajes en varias cocinas -entre ellas, las de Monte Picayo- Jonathan encontró la horma de su zapato entre el chocolate, el mazapán y toneladas de azúcar.

En el 2009, cuando la crisis arreciaba en su fase más destructiva, Jonathan se puso la harina por montera y decidió abrir su propia pastelería, compitiendo en su pueblo, Rafelbunyol, con hornos tradicionales a base de ofrecer una repostería más elaborada y creativa, pero sin perder de vista la tradición.

Mientras tanto, Jonathan no perdía su vínculo con la cocina profesional asumiendo encargos y turnos de trabajo para consolidar su formación, primero del Casino Monte Picayo y más tarde de Casino Cirsa Valencia, donde actualmente coordina el servicio de repostería y donde ofrece creaciones de alto nivel combinadas con tartas y postres caseros que se han ganado el afecto de todo el que los prueba.

Julio Sanchís Jefe de Cocina

Desde que acabara sus estudios de cocina, Julio aprendió el oficio desde abajo, recorriendo millas de restaurante en restaurante.

En 2010, regresó a uno de esos restaurantes, el de Casino Monte Picayo, asumiendo la jefatura de cocina. Desde 2013 ostenta el cargo de jefe de cocina del Casino Cirsa Valencia.

Julio plasma en su cocina elaboraciones sinceras y honestas que miman la calidad de la materia prima. El protagonista de sus creaciones siempre es el producto, más allá de los artificios y piruetas gastronómicas que adornan, decoran y refuerzan cada plato. Aunque se sirve de las nuevas técnicas para dar ese punto de riesgo que tanto gusta en la actualidad, nunca pierde de vista la esencia de la cocina tradicional, aquella que se presenta con honradez y cuyo objetivo siempre es agradar al cliente, venga de donde venga.

En definitiva, Julio encarna la esencia de la cocina honesta, cuidada, bien elaborada, atenta a la calidad de las materias primas, trabajada con oficio durante 30 años.